Deporte al aire libre, sácale el máximo rendimiento
26 septiembre, 2019Dormir bien: 4 hábitos saludables para conciliar el sueño
10 octubre, 2019El otoño se convierte en la estación favorita de muchos para hacer escapadas, viajes que en muchas ocasiones suponen coger un avión para ir a un lugar paradisiaco situado en el otro extremo del planeta. Tras estos largos viajes, con una significativa diferencia horaria, nos podemos encontrar con unos de los grandes miedos de los viajeros, el jet lag, ese extraño amigo que nos acompañará durante nuestros primeros días, afectando a nuestro sueño o produciéndonos malestar.
El jet lag no es una enfermedad sino un desajuste temporal de las funciones de nuestro cuerpo por lo que ese desajuste lo podemos mitigar a través de un una serie de hábitos saludables y con una alimentación adecuada. Beber abundante agua durante el trayecto, y después, hará que no nos deshidratemos durante el viaje, al igual que practicar ejercicios de relajación puede ser un gran aliado.
Nuestro reloj interno tarda unos días en adaptarse a las nuevas condiciones pero para que esto sea más llevadero la alimentación jugará un papel fundamental. Los alimentos saludables son adecuados para mitigar los efectos que se asocian a este cambio en las horas de sueño: entre estos nos encontramos frutas y verduras, podemos destacar el aguacate y el plátano, los alimentos ricos en carbohidratos, como puede ser el pescado azul y los frutos secos, las almendras y las nueces serán el snack perfecto. Las ricas en melatonina, una hormona que interviene en el ciclo natural del sueño, permitirá que el cambio horario sea más llevadero. Además todos estos alimentos tienen en común la presencia de L-Triptófano, un aminoácido esencial que ayuda a la formación de la serotonina antes mencionada para conseguir así unos resultados más rápidos y efectivos.
No nos podemos olvidar de la cafeína, que si bien muchas veces erróneamente se cree que ayuda, en estas ocasiones es mejor evitarlo ya que estimulará el cuerpo y será más difícil conciliar el sueño haciendo el cansancio más evidente y pesado.
Una vez en el destino lo ideal será adaptarse al horario local, no saltarse comidas y adaptarse a las horas de sol del destino. El ejercicio también puede ser un gran aliado para hacer más llevadero el jet lag, más si se hace al aire libre bajo con luz natural ya que acelera la adaptación del cuerpo al nuevo huso horario. Hacer deporte regula la estimulación de serotonina y neuropéptidos aportando la energía necesaria con la que evitar que este contratiempo resultado de un viaje de largas horas arruine tu primer día de vacaciones. La adaptación siempre será más difícil si se hace de oeste a este que al revés. Aunque todo dependerá de la persona y su organismo.
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